martes, 5 de agosto de 2008

Ausencia

Es olvidar si los besos saben, huelen o se sienten

Descansar sobre almohadas
porqué no hay hombros para sosegar las tristezas y alegrías.

Escuchar el timbre de una voz lejana en la memoria.

Reflejar una mirada perdida en la noche
sin consuelo de lunas luciérnagas.

Enfrentar el frío inextinguible de un sillón vacío.

No encontrar con que sellar
un diminuto orificio por donde escapa la euforia.

Ver danzar los no que se niegan rotundamente a ser sí.

Dejar correr por todas partes los recuerdos
libres de lanzar la daga a la menor provocación.

Esconder miradas tristes debajo de la cama.

Ser tan libre para ignorar que hacer.

Plantar en el jardín seres oscuros
y alimentarlos de envidia, rabia y maldiciones.

Es odiar los fines de semana que se jactan
ante calladas puertas muertas.

Saber que fuiste, pero ya no eres
más que un simple platillo que los comensales
disfrutaron durante la cena.

Desear un poco más de su esencia
transitando por la piel.

Escuchar esos pasos a media mañana
un aliento robando el aire
palabras interrumpiendo el silencio.

Tejer telarañas que atrapan humos de cigarrillos solitarios

Humedecer antaños instantes con huracanes.

Destruir cimientos de castillos
cuentos de hadas y princesas
porque en la vida real no siempre hay finales felices.

Ver como el tiempo partió sin despedirse

Buscar en cada rincón con desesperación
la caja de Pandora que se llevo consigo.

Inventar que hay mañanas.

Pensar, que esto también pasara
mientras la tarde desangra rosas
y las copas chocan brindando por los ausentes.

Temer que el vacío compró un boleto de permanencia involuntaria
y transmitirá hasta la muerte el mismo corto: soledad.


Alba (presencias)
9/08/06

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