miércoles, 19 de marzo de 2008



La Calma


Atardecer entre azoteas de Tarímbaro


Me pidieron que escribiera un poema o un cuento sobre la mujer, seguramente debido a que hace unos días fue el día internacional de la mujer, no fue una poesía ni un cuento con final feliz lo que surgió en la pantalla, pero sí un texto sobre lo que hoy por hoy significa ser mujer y no morir en el intento.

¿Reto o Destino Prefabricado?
Por Rosalba Ceja Urrutia

Ser mujer ¿es un desafío o un destino proyectado desde que te ponen el primer moño rosa? desde niña te enseñan tu papel, reglas y comportamientos, a vestir de rosa aunque tu color favorito sea el azul, a jugar a la mamá, las comiditas, planchar, cuidar bebes y un largo etcétera de quehaceres domésticos o a ser la rubia tonta cuya principal labor es vestir a la última moda.

Si eliges ese camino, el futuro ya esta “asegurado” puedes ser feliz, ya sabes como será tu existencia, que la fecha más importante de tu vida será el día de tu boda, que los juegos de niña continuarán eternamente: planchar, lavar, hacer la comidita, cuidar al bebe… luego vendrán lagrimas cuando haga su primera presentación en el kinder disfrazado de flor o abeja, organizaras las mejores fiestas de cumpleaños, primera comunión, navidad, graduaciones, esperaras ser la mejor mamá del mundo, soportar desde malos tratos hasta infidelidades porque al hombre hay que tolerarle todo si se quiere ser la esposa perfecta hasta que la muerte u otra los separe y envejecer al lado de marido. Actualmente este rol ya tiene algunas variantes, la mujer tiene que salir a trabajar por necesidad más que por gusto, lo que significa doble trabajo, pero el destino no cambia mucho sobre todo si sólo se aspira a puestos operativos (secretarias, recepcionistas, empleadas de mostrador) que ayuden a obtener una entrada extra de dinero para sacar las cuentas. Pero las mujeres poco a poco han ido dándose cuenta que el protagónico de la perfecta ama de casa, ya no es su único destino, que existe un sin fin de posibilidades a elegir.

¿Y qué pasa con estas mujeres que deciden romper el molde? en la sociedad mexicana, se la ven bastante difícil, el machismo predominante en esta casta no les ve con buenos ojos, conseguir el reconocimiento en el trabajo es cinco veces más difícil que para un hombre, si es bonita no creerán que es lista, si es más inteligente que bonita le cierran las puertas ni siquiera le darán la oportunidad de demostrar lo que puede hacer. Una vez dentro de un trabajo, a luchar por hacer valer su voz, tendrá que soportar muchos nos a sus ideas, robos de proyectos (ella propone y el jefe dispone quien lleve acabo su idea) y ocupar un puesto directivo es tan difícil como un Purepecha con ojos azules. Habrá que conseguir algo espectacular y en ocasiones demandar ser reconocida a pesar de sus logros, a diferencia de un hombre que con una simple recomendación o por ser el pariente de “X” que tiene un puesto alto en el escalafón se le dá un buen puesto, una gran oportunidad o simplemente se le brindan los elementos para que crezca y se desarrolle en sus funciones.

Cada vez se les da más oportunidades, lentamente los altos mandos van aceptando que las mujeres son y pueden ser tan o más eficaces, eficientes y efectivas que cualquier hombre con todo y sus vaivenes emocionales, que al final de cuentas aunque en la realidad existen debido a cambios hormonales propios del sexo femenino, estos no significan que en estos lapsos deje de ser productiva y funcional.

El matriarcado es algo que se ve venir en un futuro, los escépticos que creen lo contrario tendrían que pararse a observar a su alrededor, es increíblemente más alto el porcentaje de féminas al de varones, tomando cursos, talleres, diplomados, maestrías, idiomas o cualquier clases, personalmente lo he comprobado. Ese mote de que las mujeres entran a estudiar una licenciatura M.M.C. (mientras me caso) se esta convirtiendo en una leyenda urbana. Por algo se dice que el peor enemigo de una mujer es otra, porque si ella se lo propone contra todos los pronósticos llegará a su meta, así muera en el intento.

Por sí fuera poco, conseguir un hombre que tenga la suficiente seguridad como para no sentirse opacado o menos por que su mujer gane o sea más exitosa que él es casi imposible. Se supondría que hombres con basta educación querrían mujeres inteligentes, preparadas, exitosas con las cuales compartir una interesante charla sobre arte, negocios, ciencia, política etc. Que buscarían tener a su lado a una mujer a la que admiren; resulta que prefieren a la previsible y sumisa ama de casa, quizá este reto sea mayor que el de ser reconocidas en el campo laboral, en una sociedad predominantemente machista, porque la soledad tampoco es algo para lo que se ha educado, es un estigma estar solo, inclusive cuando se es por completa elección.

Lo que estos machos no saben sobre esta nueva raza de mujeres, es que el hecho de que ellas quieran ser algo más que la abnegada servidora de ellos e hijos, se las saben arreglar para hacerles la vida menos infeliz, que sus éxitos no están peleados con la ternura, el romanticismo, el apoyo incondicional y todo lo que implica el amor de pareja, que una madre realizada criara hijos emocionalmente más sanos y seguros (quien esta contento consigo mismo, trasmite cosas positivas), la gran diferencia es que exigirán reciprocidad de su pareja para ayudar de vez en cuando en la casa, querrá porras cuando se enfrente a retos, compartirá el timón y sacará cubetazas de agua cuando el barco se hunda, antes de ser la primera que brinque a la balsa salvavidas. Ella no quiere ser más o menos que su pareja, pretende compartir responsabilidades y obligaciones, así como las vacas gordas y flacas, por supuesto que quiere ser protegida, cuidada pero no sobreprotegida ni sobreprotectora, quiere que la dejen arriesgarse, que la dejen demostrar sus capacidades y habilidades.
Ser mujer en el siglo XXI no es nada simple, pero no cabe duda que es más divertido a hace algunos años, en el que no había otras opciones, aunque nos quejemos por la falta de oportunidades, por lo menos no nos quedaremos con la incógnita de que habría pasado si… y lo mejor le estamos haciendo el camino menos empedrado a las nuevas generaciones.
Esta noche no hay vecinos, a lo lejos solo se escucha el ruido de la bomba de la pecera, el tinaco llenándose de agua y el silbido del velador.

La rutina esta por terminar, una vez más me encuentro en medio de caminos sin saber cual elegir, una vez más tengo que vestir el traje de guerrera, la batalla comienza con el escuadrón conformado por mi, por mi y por mi.

Soy el único soldado que dará pelea, no habrá quien me cubra la espalda, ni quien me cargue si resulto herido, tendré que arrastrarme hasta mi cuartel, lamer y curar mis heridas, entrelazar mis manos para darme consuelo, dejar que la almohada absorba mis lagrimas a falta de un hombro.

La desilusión acarrea a la soledad, que embiste lentamente la carne, taladra los huesos, limpio como un picahielo no derrama ni una gota de sangre, el daño va por dentro.

Algunas noches hay función, se levanta el telón y las luces, las miradas caen sobre mi cabeza, olvido por momentos que estamos en guerra, al terminar, la realidad ataca de nuevo, me vuelvo de papel, el que pueden hacer pedazos, arrugar y lanzar a la basura, volver cenizas, escribo sobre mi lo que no puedo hablar, soy la pagina que se pierde entre miles de un grueso libro, la receptora de una lagrima que cae sobre una carta que anuncia una despedida, la hoja en blanco con la que nadie quiere escribir su historia.

Alba (en uno de esos malos días)
7/03/2008
Hoguera

Quiero devorar tu fuego,
han pasado horas y aún te siento
quemándome tan dentro.

Soy tierra y tu ser me transforma en lava candente,
mis manos no son las mismas
después de confesar a tu piel
y convertirla en una cantata desconocida
que suena mientras la toco.

Mi espíritu,
muto después de que tu lo has capturado.

La hermosa oscuridad era mi conocida compañera,
eres culpable de convertirla en luz,
alba que inunda mi habitación,
que fotografía mi triste faz,
tu llama me regalo una sonrisa desconocida,
olvidada en un cofre
reflejada en el espejo de tus parpados.

Me devuelves al mar
en el ocaso de un sueño,
donde capturamos en una copa de cristal
el vino que emana la noche,
tus besos son diamantes que caen sobre la arena
brillando por la aura boreal
entre nubes de letras que vuelan.

Alba (llena de luz)


La Despedida

Te dejo ir mi querido Señor
cómo encontrar resignación
a no verte, no escuchar tu voz
y no sentir tus labios sobre los míos?

No encuentro consuelo entre el aceite de colores
en el fondo de una botella de vino
en las cenizas de mil cigarrillos
la receta de Sabines
para curarme de ti en una semana
no me sirve.

Si tantas veces ya te di
mi fé, mi vientre húmedo
mi miedo cautivo
mi lluvia interminable
mi color
mi lado iluminado
mi ser tierno y oloroso
mi esencia
mis fantasías eróticas
la hoguera de mis sentidos.

Se me agotan los pretextos
para llamarte y no hay respuesta
que más puedo ofrecerte?
sólo no sea esta alma en pena
y quién quiere una llorona penando en un río
la llama de una vela marchita.

Si es tan fácil amar a la rosa
y no quieres detenerte a acariciar
a conocer sus espinas.

Alba (sin comentarios)
9/02/08