Tarde de junio
aquí todo duerme
sólo el zumbido de una ausencia
merodea el silencio
mientras escribo estas páginas efímeras espumas
que buscan convertirse en olas de palabras
romper en un precipicio formando ecos
agito un abanico
espero que su viento
se lleve la maldita angustia
bajo la cama
unos tenis cansados
no quieren caminar
se niegan llevarme a alguna parte
parecen un cementerio olvidado
una lápida sucia, vieja, abandonada por los gusanos
el agua se filtra por un orifico
provocado por el clavo de una tabla
que se atravesó en su camino
una correa se rompe tras un tirón
no desea ser anudada
sólo queda andar descalzo
sentir como quema el piso
esquivar piedras, vidrios y alguna que otra mierda
del perro del vecino
¡a la basura los viejos tenis¡
compañeros de mil y un batallas
descansen del peso
de mi carreta llena de memorias.
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